LA INVESTIGACION CIENTIFICA Y EL QIGONG

La investigacion cientifica del qigong
La Qigongología es una ciencia muy reciente, dado que se bautizó oficialmente en 1986, su objeto principal es el estudio de los fenómenos internos y externos del Qigong así como su naturaleza y sus leyes, mediante un método científico y sistemático. Generalmente los qingongologos, tienen una base científica occidental y no suelen practicar Qigong.

Científicamente la Energía Vital es un flujo de materia, energía e información que desde el punto de vista de configuración espacial se caracteriza por su bipolaridad, y desde el punto de vista de configuración temporal se le puede definir como un alternarse de condensación y rarefacción. Cuando este alternarse sucede en fases relativamente largas se percibe como forma, cuando sucede en tiempos instantáneos se percibe como función (pasaje de una forma a otra). A nivel científico, a la Energía Vital nunca se le define como una realidad estática si no como una realidad en movimiento, dado que ésta no puede identificarse en base a su colocación como objeto en el espacio, si no en base a su dirección.

Experimentos

Los primeros experimentos científicos sobre la Energía Vital se realizaron en el Instituto de Medicina Nuclear, de Física de Altas Energías, y de Física Nuclear de la Universidad de Beijing y de Shangai. Se analizó solamente el Weiqi, es decir la Energía Vital emitida fuera del organismo por ser más fácilmente analizable que la interna (Neiqi). Se han realizado miles de experimentos y a continuación se detallan solamente algunos de los más significativos realizados con electroencefalograma, con infrarrojos, en bacterias y flora, en soluciones liquidas y con efecto a distancia.

En los electroencefalogramas de los practicantes de Qigong realizando meditación estática, aparece un notable aumento de coherencia, disminución de la diferencia de fase, de las ondas cerebrales y consecuentemente un mayor orden e incremento de energía recabada por la sincronicidad de las ondas que aumentan hasta cuatro veces su amplitud. El potencial eléctrico, medido en el lado derecho e izquierdo del cuerpo, se uniforma. Considerando que el aumento de la diferencia de potencial entre diferentes puntos del cuerpo es sintomático de un estado patológico, se comprende como éste incremento de orden sea indicativo de una mejor funcionalidad del organismo.

Mediante un revelador de infrarrojos conectado a un oscilógrafo se han podido medir las radiaciones infrarrojas que componen la emisión de Energía Vital. En las personas comunes las modulaciones de intensidad, medidas en mV, no alcanzan la diferencia del 10% del valor inicial mientras que en los practicantes del Qigong llegan hasta el 80%; terminada la emisión de Weiqi el grafico vuelve a sus valores normales, y esta es la reprueba científica del clásico: “allí donde llega la intención mental llega la Energía Vital”.  Mediante un teletermógrafo de infrarrojos se han podido demostrar los cambios térmicos que suceden en meditaciones estáticas, se ha confirmado que el mayor aumento de temperatura en la zona de la palma de la mano corresponde al punto Lao Gong (MC8)

Se han realizado también experimentos con bacterias. El maestro de Qigong mantenía en su mano durante un minuto cada una de las 120 probetas con el mismo número y tipo de bacterias, con la primera probeta no hacia nada, con la segunda emitía Energía Vital de tipo “adición”, en la tercera de tipo “sustracción”, y así repetidamente hasta finalizar con todas las probetas. En las 40 probetas del primer grupo no se percibió ninguna variación relevante, en las 40 del segundo grupo hubo un incremento de 7 a 10 veces más el número de bacterias y en el tercer grupo hubo una reducción del 50% del índice de crecimiento. Este experimento demuestra que el Weiqi genera un efecto en los organismos no por la energía si no por la información que contiene; al día de hoy todavía no se ha conseguido decodificar esta información. Experimentos análogos de incremento y disminución de la proliferación de organismos elementales han sido realizados también con algas, esporas y enzimas. También se ha experimentado sobre la capacidad de aumentar o disminuir el índice de germinación del arroz, del trigo y de otros cereales.

Además de la emisión directa de Weiqi se ha confirmado la posibilidad de almacenar la información en soluciones liquidas, se ha comprobado que en una solución liquida orgánica, por ejemplo agua simple o glucosada o agua marina, se puede conservar por un periodo de tiempo información recibida por una emisión de Energía Vital; Sin embargo ningún efecto especial se ha percibido sobre agua desionizada sometida al Weiqi de un Maestro de Qigong. El crecimiento de esporas en “agua con información” corresponde al un +248% en comparación al crecimiento en agua normal.

Tras varios experimentos se ha llegado a la conclusión que los expertos en Qigong también poseen claras percepciones parafisiológicas, pues presentan hasta el doble y el triple de cuantos de energía emitida desde su cuerpo, con lo que pueden producir efectos a distancia, y un campo magnético de 2.000 a 10.000 veces superior al de los individuos comunes, los maestros de Qigong incluso pueden cambiar su polaridad transformándola en atractiva o repulsiva. Además, en los flujos de Energía Vital en los que se han registrado componentes electromagnéticos, fotónicos e infrasónicos, se ha descubierto que estos no respetan las leyes normales de propagación de este tipo de ondas dado que el flujo puede ser dirigido de manera selectiva a un objeto determinado.

Conclusiones

En todos los experimentos descritos se han podido confirmar aspectos cuantitativos, aunque estos no expliquen el fenómeno en sí mismo; se ha podido determinar solo la existencia, la modalidad y la duración, sin embargo todavía no se ha llegado a definir ni el contenido, ni el significado, ni el motivo.

No está de más haber dado al QIGONG una base experimental y por tanto científica, aun cuando los chinos hayan tenido que adoptar parámetros cuantitativos totalmente foráneos a sus propias raíces culturales, para poder otorgarle de esta manera solamente una “dignidad científica” a lo que durante milenios ha sido siempre muy evidente.

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